jueves, 24 de junio de 2010

Drácula. Abraham Stoker.


No quiero dejar este grupo de lectura sin un aspecto clave de la literatura como es el romanticismo de finales del siglo XIX. A medida que pasen los días, iré introduciendo más libros de este género, pero hoy me he decidido por uno en especial. El que me hizo enamorarme de esa maravillosa época tran prolífica en obras maestras de la literatura universal.
Pero, disculpadme, vamos al grano. "Drácula", en contra de lo que muchos puedan pensar, no es ni mucho menos una simple novela de terror. Cómo muchos escritores de la época, Stoker se decanta por una mixtura de romanticismo salvaje y épico para rescatar un género literario en desuso en la Inglaterra postvictoriana.
Stoker nos presenta a un príncipe rumano esclavizado por una maldición que no desea, que no disfruta pero que, sin embargo, le embarga los sentidos mientras pasan los siglos. Finalmente, en un profundo análisis psicológico del personaje, nos damos cuenta de cual es la verdadera intención de la novela. El miedo a la soledad llevado al extremo de vivirlo eternamente.
Basándose en otro personaje también vampírico, "Lord Ruthven" de la novela corta "El Vampiro" de John Polidori, Stoker quita la sublime crueldad del ser para suavizarla y convertirla en psicopática obsesión amorosa.
En definitiva, al igual que muchas obras de esa épocam, y simulando a otros como Lovecraft, Poe o Byron, Abraham Stoker, se coloca en el peldaño de "genios" que ocuparon los anteriormente mencionados con "Drácula".


NOTA: 10/10 


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