Ciertamente, he de reconocer que no leía un libro de cuentos desde hacía demasiados años y mi mente no esperaba encontrarse uno así, desde luego.
Es curioso como el paso de los años nos endurece el alma, hasta hacernos olvidar lo más puro de nosotros mismos y claro, cuándo un libro así cae en tus manos, no estás preparado mental ni espiritualmente para leerlo.
Sin embargo he de reconocer que hice un esfuerzo por recordar mis años de zagal inquieto, ávido lector, y me retrotraje a cuando tenía ocho o nueve años, o incluso menos. “Cuentos de antes de dormir” es una obra dedicada casi exclusivamente a ellos, a esos niños que aún se deleitan con las obras que traen esperanzas, buenas sensaciones, moralejas y, sobre todo, historias de fantasía que les ayuden a soñar plácidamente.
En unos años dónde el mundo literario se ha vuelto tan desquiciado y los escritores, (entre los que me incluyo) orientamos nuestras obras a un público exclusivamente juvenil o adulto, dar vida a esta obra ha sido un acto de rebeldía en toda regla, por lo que felicito al autor por ello.
Ahora, retomando mi mano crítica, echo en falta, quizá, un desarrollo más amplio de algunos cuentos, o el uso de un vocabulario más extenso. Pero, evidentemente, esa es la opinión de alguien cuya “mollera” está demasiado endurecida por el paso de los años y que apenas conserva una mínima esencia infantil. La única que nos permite ser aún algo inocentes.
Es curioso como el paso de los años nos endurece el alma, hasta hacernos olvidar lo más puro de nosotros mismos y claro, cuándo un libro así cae en tus manos, no estás preparado mental ni espiritualmente para leerlo.
Sin embargo he de reconocer que hice un esfuerzo por recordar mis años de zagal inquieto, ávido lector, y me retrotraje a cuando tenía ocho o nueve años, o incluso menos. “Cuentos de antes de dormir” es una obra dedicada casi exclusivamente a ellos, a esos niños que aún se deleitan con las obras que traen esperanzas, buenas sensaciones, moralejas y, sobre todo, historias de fantasía que les ayuden a soñar plácidamente.
En unos años dónde el mundo literario se ha vuelto tan desquiciado y los escritores, (entre los que me incluyo) orientamos nuestras obras a un público exclusivamente juvenil o adulto, dar vida a esta obra ha sido un acto de rebeldía en toda regla, por lo que felicito al autor por ello.
Ahora, retomando mi mano crítica, echo en falta, quizá, un desarrollo más amplio de algunos cuentos, o el uso de un vocabulario más extenso. Pero, evidentemente, esa es la opinión de alguien cuya “mollera” está demasiado endurecida por el paso de los años y que apenas conserva una mínima esencia infantil. La única que nos permite ser aún algo inocentes.
NOTA: 7/10
NDR: (Esta nota está condicionada pues la he dirigido al público infantil exclusivamente, y para ellos creo que sería una gran obra para comenzar a leer)
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